(…) es como si quisiera abstraerme de todo esto que inunda la televisión, el diario, la radio, todo. Quiero pensar que estos terremotos son como una de esas películas que uno va a ver al cine, y que mientras comemos cabritas, damos por sentado que son cosas que sólo pueden ocurrir armando montajes, guiones y música de John Williams.
Mis amigos libreros del mercado quien sabe donde estarán. El irresponsable y siempre inubicable tipo que estaba arreglando mi computador que tenía toda la música que había bajado el último trimestre ocupando las redes de la universidad vivía en un departamento inclinado en el cual pocos valientes quedan. Claramente él no.
Poco de lo que solía completarme la vida ha quedado en pie y aunque tenga la convicción de que pronto esta pesadilla se acabará, no puedo no codiciar con alevosía mis lugares comunes y lo cotidiano de mi andar.
En estos días mis oídos se han agudizado bastante y percibo las réplicas casi diez segundos antes que se peguen el coqueteo con la ONEMI. En mi casa hay como tres planes de emergencia en caso de que un insignificante remesón se convierta en el pronosticado terremoto de 7.2º Richter. Al final es un enredo total por que cada uno hace un plan distinto. Hay noches que duermo como sí me hubiese tomado un Alprazolam, pero otras sólo me dedico a pensar y a pensar… Una locura la vida estas semanas. El 11 del 03, mientras me afirmaba en un paradero por el temblorcito de 6.9º, pensaba si ya estaba en el límite que divide lo que logro soportar estoica de lo que me tendría que desmayar (…)
Mis amigos libreros del mercado quien sabe donde estarán. El irresponsable y siempre inubicable tipo que estaba arreglando mi computador que tenía toda la música que había bajado el último trimestre ocupando las redes de la universidad vivía en un departamento inclinado en el cual pocos valientes quedan. Claramente él no.
Poco de lo que solía completarme la vida ha quedado en pie y aunque tenga la convicción de que pronto esta pesadilla se acabará, no puedo no codiciar con alevosía mis lugares comunes y lo cotidiano de mi andar.
En estos días mis oídos se han agudizado bastante y percibo las réplicas casi diez segundos antes que se peguen el coqueteo con la ONEMI. En mi casa hay como tres planes de emergencia en caso de que un insignificante remesón se convierta en el pronosticado terremoto de 7.2º Richter. Al final es un enredo total por que cada uno hace un plan distinto. Hay noches que duermo como sí me hubiese tomado un Alprazolam, pero otras sólo me dedico a pensar y a pensar… Una locura la vida estas semanas. El 11 del 03, mientras me afirmaba en un paradero por el temblorcito de 6.9º, pensaba si ya estaba en el límite que divide lo que logro soportar estoica de lo que me tendría que desmayar (…)
1 comentario:
siento lo mismo. lo unico que quiero esque todo esto pare. que todo vuelva a la normalidad. gracias por escribir en esas circuntancias. =)
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