18 abril 2010

April In Talca


El nombre de la canción es April in Paris. Y aunque si bien es Abril, la verdad es que estamos lejos de Paris. Muy, muy, lejos, y aunque halla una famosa frase popular que entrelaza Talca y Paris, la verdad es que nos distancia un abismo de tamaño mundial, que incluye océanos, desarrollo, luces y historia.

Desde este rincón al fin del mundo no exportamos tanta historia. Nuestra historia la borran las placas tectónicas, que en su afán de comodidad pueden transformar cualquier obra maestra en un tumulto de escombros que aparte de dejarnos sin escenografía y ensuciar, desorienta a esos transeúntes que por más que lleven arraigándose por más de dos décadas en la ciudad, sólo son capaces de recordar las calles por las estructuras que le daban forma.

Casi dos meses atrás aún existía un balconcito, lleno de encantos y misterios, situado en uno de los caserones de la calle Diagonal, a partir del cual hace más de media década, junto a un ex amor y sentados al frente de este balcón, inventamos un cuento con una trama que aún recuerdo con harta nostalgia.
Los años que siguieron transformaron el balconcito en la bodega de vinos de un restaurante, frente al cual, ya soltera y con harto menos frenetismo que en aquellos tiempos, solía sentarme, en el mismo lugar de antaño, mirando el balconcito, recordando la historia, inventándole detalles (que a los 17 difícilmente podría haber creado) para darle más emoción a esa ficción.

Hoy por hoy, mi balconcito lleno de conspiraciones, romanticismo y besos, no es más que un terreno baldío concomitante a otro terreno baldío, que a su vez concomita con otro terreno baldío, y así, y así…

A ver si los recuerdos al menos no me los arrebata un día el señor Mercalli.