07 septiembre 2007

Is it a Sin, Is it a Crime.-

“Se esforzaron por hacerla entrar en razón…
De distintas maneras…
De curiosas maneras…”

En lo que llevo de años tratando de hacer sinapsis he imaginado millones de locuras, he hecho otras tantas y he escuchado infinitas. Pero ésta vez la mente me venció.
La cabeza me da vueltas. Y no es para menos…
Me encontré con las manos más hermosas que he visto en mi vida.
Se movían al son de las palabras de su patrono, con suavidad, ritmicidad y elegancia.
Quede pasmada mirándolas, sin perder la vista, acosando con los ojos cada sencilla vuelta en el aire corriendo las infinitas partículas del ambiente. Para variar las seguí, imaginándome las ciento un mil cosas que sus exactos desplazamientos podían trazar.
Al rato las vi acariciando la cara de una señorita, probablemente novia del señor propietario y tal vez quise intercambiar roles, sólo para sentir lo que esa afortunada señorita estaba sintiendo. A los pocos días me las topé siguiendo la oración de un libro en la biblioteca, jugando a que la mesa recibiera sus golpecitos, protegiéndose del frío, tecleando las teclas de un PC, marcando números en el celular, afirmando la cabeza de su dueño y recibiendo besos mensajeros que con su leve inclinación permitieron que volaran para ser parte del aire con el fin de alcanzar a la niña que tiene el honor de comprobar la mayoría de las desequilibradas cosas que están descritas acá.
Es un pecado, un crimen el poseer un par de celestiales manos a las que solo tendré el placer de observar cada vez que el destino me cruce con este niño que quizás ni se da cuenta de su magno regalo divino.