18 julio 2010

La Negrita de Clemente

Clemente interpreta a un secundario erudito en un rincón del patio del colegio, con el fin de advertir de reojo cada movimiento de la Negra. Su Negrita. La Negrita de su corazón.

La Negra, linda y fatal, camina ligero meneando sus caderas hacia el kiosko donde la fila de espinilludos adolescentes dispuestos a financiarla con la Tía Rosa es innumerable.
Gracias, Pedro. Muchas Gracias, Gómez. Muy lindo, Alvaro.
Clemente actúa que es feliz, que no muere de celos, mientras Su Negrita regala besos, saludos y sonrisas a todos, incluso a él, de vez en cuando y de cuando en vez.

03 julio 2010

Por enésima vez.

Por enésima vez Ernesto dejaba plantada a Isabel.
Isabel había dicho claramente que si esta vez no llegaba mejor que olvidara lo de ellos. Y ¿Qué era lo de ellos?
Isabel no era rubia ni de ojos claros, pero tenía una mirada intensa que lo hacía dudar eternamente entre amarla o temerle.
“Un día de estos no te buscaré más”, solía decirle Isabel, ante lo cual Ernesto no sabía si entristecerse o saltar de felicidad.
Desconocía lo que le producía en el corazón Isabel. Cuando la miraba de lejos moría de amor. Cuando la miraba de cerca moría…pero de miedo.