24 octubre 2012

01 octubre 2012

Me llamo Sara Ester Silva San Martín y tengo 25 años. Soy de profesión dentista, pero mi oficio son las letras. No sé cual de  estas dos cosas me llena más, ni cual hago mejor (muchos dirán "Cómo escritora, Sari, eres buena dentista"). A veces se me llena el corazón de una plenitud inexplicable cuando soy elogiada por algún paciente, aunque la mayor parte del tiempo necesito una evasión. En la universidad mi evasión era este blog, en el que me esmeraba sobremanera, creando cuentos en exactamente cien palabras, inventando décimas, imaginando historias, buscando ilustradores... 

Este último tiempo, mi evasión eran mis amigos. Pero cuando los amigos se van de la ciudad a buscar mejores expectativas laborales o de la nada se ponen a pololiar uno debe tener segundas opciones. Aunque en ninguna de las opciones estaba retomar esta escritura llena de tropiezos, hasta ayer. Ayer que revisando libros me encontré con tantos escritos míos que databan de aquellos años en donde mis torpes palabras eran escudo para todo lo que me rodeaba. 

Así que me llené de una energía poderosa y quise retomar este camino, en el que, sin falsa modestia, soy bastante mediocre, pero que sencillamente me hace feliz.

A ver qué pasa.