29 junio 2009

Cuando estudiar en un día como hoy resulta poco productivo.-


Es facilisimo desconcentrarse cuando a tientas el sol trata de asomarse por entre las nubes después de un apasionado día de lluvia. La vista purificante (parece que ni una partícula de humo existiese) el aire fresco y puro, el olor de la tierra mojada… En un día así, calcadito, hace 10 años, iba con mi mamá caminando por el centro. Tenía 12 años, y hacía mucho frío (típico después de un día de lluvia en Talca) Llevaba una chaqueta gruesa, un gorro con chiporro, bufanda y guantes (lo bastante abrigada para que sólo mis ojos sintieran el gélido viento)

- Sarita, Apúrate! que vamos atrasadas!

Lejos de importarme el apuro de mi querida mamá, me detuve a observar a un tipo que me llamó mucho la atención. Era un hippie, de pelo rizado color miel, largo y desordenado que vendía artesanias y en una radio antigua escuchaba música, particularmente una canción muy estilosa, muy setentera, que habría jurado no almacenar en mis precoces anales musicales ( y eso que a esa edad me defendía bastante en temas de música setentera, debido a las influencias de la matriarca de mi familia)

- Hola, chiquitita! ¿Quieres comprarme algo?
- Mmmm, jejejeje….. La verdad no. Es que ...... me podrías hacer un favor?- le pregunté.
- Quieres que te haga unos aros especiales?- se apresuró en decir el hippielais
- No, es que, tu sabes como se llama la canción que suena en tu radio?
- Qué canción?..... Aaaaaa, sí, por supuesto.
- Me puedes decir?- pregunté nuevamente con una ingenuidad que un niño de 12 años de la era 2009 no tiene.
- Te digo, pero si primero, me compras algo.
- No tengo plata- dije honestamente
- Pídele a tú mamá, que ahí viene.
En eso llegó mi mamá a buscarme, media enojada por no seguirla en su apuro.

- Qué miras tanto, Sara??, vamos andando!
Rápidamente investigué bien en mi bolsillo y encontré $500 que mi papá me había dado hace tiempo para comprarme unos cuantos sobres para mi álbum de los backstreet boys. Decidí sacrificarlos en pos de sacar del anonimato a tremendo tema que ya me estaba volviendo loca. Le compré un pinche.
- Gracias por tu compra, pero el nombre de la canción no lo sé.

(Ahora que lo pienso, qué iba a saber ese ignorante el nombre de semejante canción, ese hippie que de hippie tenía sólo la facha)

- Ya voy mamá- respondí muy decepcionada.
- Oye, Sari! ¿Qué tanto le mirabas al tipo de las artesanias?
- Un pinche.
- Y te fijaste en el tema que estaba escuchando?
- Si!!!!!!! ¿Por qué, mamá?- pregunté ilusionada
- Por que es buenisimo y lo tengo grabado en un cassette.

Teniendo una excelente fuente al alcance de mi mano, mi mucha-cabeza-loca se inclinó ante la opción de informarse por medio de un deshonesto-mal oliente total desconocido.

A todo esto, el nombre del tema: Ain’t No Stoppin us now /McFadden & Whitehead

Ni les cuento como bailé combatiendo el frío de nuestros tan poco compasivos inviernos talquinos.

14 junio 2009

El fin de la pasión.-


Lo bonito de la vida es que presenta matices. Esto sumado a que siempre he pensado que una persona puede hacer o sentir muchas cosas a la vez, me da como resultado una incredulidad enorme el que alguien solo tenga una directriz a seguir. Al contrario, creo que se puede tener muchas y mezclarlas y revolverlas como sea nuestro antojo con el fin de sacar algo en limpio o compensar el alma.

A que voy específicamente: Al hecho de que el jardín de gente en el medio que me muevo, cree dicotómico unir la ciencia con el arte. Creer a un médico músico o a un dentista escritor fantástico con ansias de un Roal Dahl Award es inverosímil, mientras que si es fácil aceptar a arquitectos poetas, a diseñadores trovadores, etc. Yo creo que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Si me gusta la ciencia, perfectamente puedo disfrutar de la poesía y viceversa. En eso esta la chispa del mundo, en la diversidad que nos presenta de cada cosa. A mí, por ejemplo, me encanta leer, la música y tratar de escribir, pero también me apasiona lo que estudio, me gusta lo que hago a diario en la Universidad, a pesar de los malos ratos y una que otra humillación por parte de algunos por ahí… Disfruto lo que hago, pero asimismo disfruto de lo que para muchos no me esta destinado (Es que la ciencia tiene tantas cosas maravillosas y entretenidas que es capaz de enamorar a cualquiera, además amo el aprender cosas nuevas, el quedarme hasta tarde por las noches tratando de ingresar mas información a mi cabeza, el encontrar misterios oscuros que no entiendo y por los cuales debo esforzarme para poder esclarecer)

Cuando entre a la universidad, también era de los que creía poco probable un kinesiólogo poeta, un tecnólogo pintor, un odontólogo ilustrador. Ahora me doy cuenta que una cabeza capaz de maquinar semejantes elucubraciones no es mas que por una falta enorme de pasión por las cosas. Cuando uno tiene pasión por algo (lo que sea) la mente se abre y se transforma en una esponja que absorbe y entiende todo.
Además me relaciono con muchos compañeros que en conjunto con sus dotes odontológicos tienen tremendos talentos artísticos: hay guitarristas, dibujantes, escritores, poetas e ilustradores. Y no solo por hobbie.

Por eso autoproclamo que esto de la ciencia y la poesía van de la mano. En los dos hay belleza, misterios, enredos y vida. Si no pregúntenle a Nicanor Parra.

06 junio 2009

My Foolish Heart


Si hay algo de lo que me puedo declarar una total inepta es en asuntos que comprenden la sistemática de la mente humana. Nunca entenderé como diablos funciona, ni menos como, cuando, ni en que momento (fatalmente) se une con el corazón (por que mente y corazón hacen de las suyas como un par de locos desenfrenados en busca de cosas que pueden llegar a tranformarse en alambres de púas punzando por un lado a la mente y por otro lado, lo más importante, al corazón).

Eso de lo imposible.....Por qué el cerebro se apasiona tanto con lo imposible, con las cosas que no se pueden hacer? Y por qué el corazón las anhela tanto? ¿Cuál es la idea? ¿Doblegarnos ante la vida, dejándonos indefensos, desperdiciando nuestro tiempo pensando en lo que no se debe pensar o en lo que nunca va a ocurrir?

Nunca digas Nunca dicen algunos ingenuos por ahí, pero es que hay cosas que sinceramente nunca van a pasar, pero la mente sigue haciéndole la guardia a esas imposibilidades que nos hacen jaque y en cualquier momento jaque mate.

No entiendo como un órgano tan complejo y tan perfecto puede ser capaz de dejarse someter ante el corazón. No me calza como una maquina tan racional es dominada tan freneticamente por un visceral y ciego albergue de emociones. No me calza.

Si la cabeza y el corazón son de mi propiedad, podría tener el derecho de manejarlos a mi antojo, pero es todo lo contrario, ese parcito me maneja a mí y me deja tirada como estropajo escuchando a Charles Trenet (Que Reste Til de nos amour) con uno que otro episodio lacrimógeno (llorar por lo que nunca va a ocurrir es una solemne estupidez)

Y de nuevo está el tema de la amistad cerebro-corazón .... Esas amistades no son beneficiosas para una simple persona que amanece con el fin de disfrutar de la vida, gratamente, con mucha paz y otoño...Esas amistades lo único que hacen es desarmar todo lo que uno más o menos tiene armadito.

Me carga cada vez que presencio como en pos de lo imposible pierdo las batallas, lo impulsiva se me desprende por los poros, digo cosas que no debería decir o escribo necedades como ésta...