09 febrero 2012

Luis Alberto Spinetta (1950-2012)


Todas las ideas se me centrifugan en la cabeza. Llegó el inesperado día en que te transformaste en cuerpo celeste. La eternidad con la que te imaginábamos se hizo de cierta forma tangible y por dentro mis entrañas se revuelven ante esta verdad que me estremece.


Ya formas parte de tu universo imaginario y no hay homenajes que realmente te hagan justicia. La mejor manera de laurearte es escucharte, Flaquito lindo, desde los orígenes, cuando ya en Almendra la genialidad y la humanidad se fusionaban para cambiar el mundo y si al final no lograste cambiarlo, hiciste que quienes te escuchamos sí lo hiciéramos y captáramos la real sustancia de la vida.


Tranquilo, Luisito, sin cabida a siquiera una duda, el cielo será tu hospedaje infinito, porque yo creo que hasta Dios tiene un disco tuyo en su colección.