06 septiembre 2014

La ciudad más bella.-

Mi ciudad natal
no se destaca por belleza
ni encanto que embelesa.
“Talca es fatal,
frío y calor mortal”,
suelo a veces decir
cuando resiento vivir
sin más librerías
ni decentes ciclovías
donde en bici poder reír.

Aunque cuando viajo,
sin excepción,
en mí una explosión
me vuelve estropajo
y siento que desencajo
en París, mon amour
en Barcelona y su glamour
en las ruinas del Coliseo
y no existe algún museo
para evadir el mundo al sur

Porque la ciudad más bella
es donde vibra el alma
y a la vez vivimos en calma
¡dejemos las querellas!
Talca es una tímida doncella
que se esconde
sabiendo muy bien donde
pero de a poco se hermosea
sin que nadie la vea
¡Talca, París y Londres!

29 junio 2014

Money Exchange.-


Nate Williams.-
Una vez conocí a un tipo. Era un tipo muy optimista, muy alegre y sobretodo con un espíritu muy humilde. Venía de un pueblo lejano, escondido, donde no existían muchas posibilidades de hacer otra cosa que no fuera dedicarse a la agricultura. Pero el destino quiso otra cosa.

Fue el primero de su familia en romper el círculo del analfabetismo. Su mente brillante (no era simplemente inteligente) lo llevó a que a pesar de haber estudiado en un colegio suficientemente mediocre, sobresaliera grandilocuentemente en la PSU y entrara a estudiar becado a una carrera de élite en una universidad de alto nivel.

Según me cuentan, partió hacia la capital, que conocía sólo por la televisión, con una mochila enorme a cuestas. Poca ropa pero mucha repostería hecha por su madre la abultaban. Su familia y su chiquilla salieron a despedirlo a la carretera mientras esperaba el bus interurbano que lo llevaría al terminal.

Lo conocí cuando llevaba ya cuatro años estudiando. ¡Qué placer era hablar con él! ¡Cuánta energía te inyectaba su alegría, su optimismo y su perseverancia! A mí me causaba total admiración. Total. Imagínense, conocer a un par que encarne todo los ideales por los cuales uno siempre ha luchado. Me sentía una privilegiada de poder tan sólo conversar con él.

Un buen día egresó de la Universidad y comenzó a trabajar. El primer sueldo que recibió lo impactó por completo. Jamás había visto semejante cantidad de plata y menos tenido. No sabía qué hacer, porque pagó sus cuentas y seguía siendo mucha. Les envió una buena suma a sus padres, y aun así, el saldo a su favor era muy providencial. Así que comenzó a comprarse ropa y perfumes. El auto de moda no tardó en llegar y en poco tiempo cambió la pieza que arrendaba por un gran departamento en un barrio bastante privilegiado de la capital. Con tanto cambio, tampoco hubo demora en el recambio de amistades. Olvidó por pasajes a sus antiguas amistades provincianas (dejó solo a los que tenían carreras universitarias prósperas) y las reemplazó por sus colegas, que junto con él, comenzaron a formar parte de los segmentos con más poder adquisitivo del país. A su polola secundaria, que lo acompañó y apoyó durante los momentos más complejos de la universidad, pronto le llegaría el sobre azul, ya saben, la oferta comenzó a variar y la demanda se volvía cada vez más exquisita. Él, un profesional V.I.P, solo podía estar con otra “Very Important People”. No existía ninguna otra posibilidad.


Su pasado en provincia ya lo borró. Como quién borra una oración mal redactada en su bitácora. “No importa de dónde venimos, sino hacia dónde vamos”, suele decir, como si nuestra vida estuviera cimentada en la arena, como si lo que hemos vivido hasta el momento no sirviera para absolutamente nada.

13 abril 2014

El Laberinto del Fauno.-

Hace tiempo que la Olguita, una amiga de tantas estaciones, me venía insistiendo que viéramos una película española muy laureada en los Oscar del 2006; El Laberinto del Fauno. Ponía mucho hincapié en que era simplemente brillante y que cambiaría la forma en que veía las cosas. Como conoce mis gustos y sabe de sobra que si veo una película esta debió previamente pasar por una serie de pruebas de calidad, ayer decidí hacerle caso.

Y bueno, de pronto me sumergí en el mundo de Ofelia, una niña huérfana de padre, que se ve obligada a convivir con un padrastro perverso, que encarna en sí todos los defectos de la condición humana. Su madre embarazada es muy débil para luchar contra estas circunstancias y contra el mundo donde, según ella, no existe la magia. Pero en el momento preciso en que la existencia de Ofelia se torna más insufrible se le presenta un gran motivo por el cual vale la pena luchar, si de ello depende el poder abstraerse  del terrible contexto que la envuelve.

Muchas películas no he visto, pero sí he leído muchos libros y puedo decir con convicción que nunca se me había presentado una historia elaborada con tanta perfección y con una trama tan inédita, tan emotiva, donde la fantasía penetra en la deplorable realidad con simetría y delicadeza, donde es posible concluir lo espantoso de la humanidad y lo esperanzador que resulta ese mundo de quimera. Ese mundo por  el que Ofelia lucha y en el que se resguarda de la gente, de la guerra, transformando la fantasía en su única salvación.

La vi con el corazón compungido en todo momento. Con suspenso y emoción a la vez. Dejé a merced de esta gran historia mis entrañas y logró sobrecogerme entera. Pero valió la pena.

09 marzo 2014

En estos 27 años.-

I
Quiero parar un instante,
estancarme físicamente
mientras fluye mi mente
como lo solía hacer antes
antes cuando no era antes
cuando mi irracionalidad
cubierta de vanidad
se hacía la importante
como un fino diamante
con mucha potestad

II
Quiero mi paso enlentecer
y detenerme  a observar
cuentos ingeniosos crear
y de pasión padecer
envolverme en el placer
que es la creación
entregarme sin razón
a mí atribulado corazón
sin atisbos de racionalidad
con prudente moralidad
y desbordante pasión

III
Prefiero la noche en vela
debido a un  desamor
que el temor al amor
más vale que el riesgo duela
a que la inercia nos demuela
¡Yo quiero sentir lo impensado!
dejar mi alma temblando
de tanto amar, de tanto reír
quiero a fondo vivir
sin presión y sin pecado.




02 marzo 2014

Ucrania.-



Que no esté pasando en Chile, no significa que no está pasando.

En el mundo se están originando peligrosas crisis económicas, políticas y sociales. Mucho no sabemos, los medios de comunicación nos anestesian con los festivales de moda, y entre tanta ignorancia sobrevivimos en medio de la somnolencia. No sé de todas formas si tener conciencia ayuda en algo y es eso lo que me frustra, que nuestro poder individual se diluye entre una masa aletargada.

¿Qué tiene que ver Ucrania o Venezuela con Chile?, se preguntan muchos, ¿Qué nos interesan los conflictos que se viven en esos países si no nos repercuten? Si nosotros tenemos una relativa estabilidad económica, un grado de corrupción moderada, una pitutocracia escandolosa (pero que disfrazamos de sobria), ¿en qué nos compete Ucrania o Venezuela?

Y a lo mejor la respuesta es cliché, pero es la respuesta; Nos compete como humanidad. Es grave la represión y sobre todo la privación de libertad, venga del gobierno que venga. Yo creo que hasta Salvador Allende, si viviese aún, se sentiría totalmente defraudado de la revolución bolivariana.

Son impresionantes los testimonios de la gente, gente que como tú y yo trabajan, estudian, pero se ven inmiscuidos en problemáticas originadas en las cúpulas más altas del poder, aunque van decantando y terminan por realmente atribularnos a nosotros, los ciudadanos de a pie, que no tenemos grandes pretensiones y que esencialmente no somos el origen de los problemas.

Siendo quizás muy poco empática, logro impregnarme del dolor y desesperación de mis vecinos venezolanos y de los lejanos ucranianos, sobre todo de los jóvenes. Apoyo y admiro a esos que con valentía contienden por su libertad. No será fácil, la corrupción y el poderío de los gobiernos ya no tiene límites, será dura la ofensiva, pero mientras tengamos vida ¡Luchemos!

26 febrero 2014

Celebridad menesterosa.-

¡Qué necesidad tremenda tenemos de ser célebres!

Sin ser socióloga ni estadística, sino más bien como ciudadana de a pie y desde esta incógnita tribuna me atrevo a decir que quizás todo partió en el mítico nuevo milenio con la masificación del novedoso, por ese entonces, M-S-N. Hasta ahí, el tema de hacernos conocidos era bien soft y consistía esencialmente en encontrar una dirección de correo chori, un nick estiloso, una imagen de avatar que valiera más que mil palabras y una lista eterna de contactos. Mientras más, mejor, más popularidad y por la popularidad somos capaces de hacer cosas ininteligibles (sobre todo si somos los presidentes del club de los nerds)

El piola MSN convivió luego en pacífico mutualismo con el exhibicionista y egocéntrico  FOTOLOG. Pero fue desde ahí que ya no había forma de controlar en algo la vanidad y la ansiedad. El número de comentarios por determinada foto te levantaban o catapultaban. Te podían estar diciendo una indeterminada cantidad de sinónimos de prostituta en cada uno, pero si sumaban, estabas ahí, todavía formabas parte de la contingencia fiestera, hablaban de ti en los recreos y eras tema. Reconozco que nunca me hice poseedora de una cuenta, pero no por motivos existenciales ni un límite de madurez  por encima de mis pares adolescentes, sino por el pavor que me daba el hecho de pensar que una foto mía podía tener cero comentarios o peor aún, un único posteo (y de mi hermana) que hubiese sido  no la percepción (que todos tenían), sino el tatuaje de perna en la frente.

La imagen lo era todo. Si el mundo te consideraba fea te perdías en las depresivas y solitarias aguas del anonimato y las cosas no han cambiado mucho desde ese entonces. Facebook, Instagram, Twitter pretenden que podamos sentirnos parte del mundo, mostrándonos con esa cara de porcelana que logramos luego de someter una foto a ediciones varias, porque nadie es tan feo como en el carnet de identidad y nadie es tan lindo como en la foto de perfil de facebook. Hasta los blogs, que son un poquito más recatados, pretenden decirle al mundo que existimos (tal como se describe en el encabezado de este)

Es raro, porque sí existimos física y espiritualmente, pero sin una cuenta en cualquier cosa de la plataforma virtual no valemos prácticamente nada y además tampoco sabes nada del mundo y la ansiedad que ha generado esa realidad es tremenda. Cómo si ya no tuviésemos lo suficiente para padecerla. Deben existir estudios al respecto, sobre ese  interés desmedido de que la gente nos vea en las vacaciones, en nuestro cumpleaños, que sepa o no nuestro estado sentimental, que sepa las películas que nos gustan y la música cool que escuchamos.

Perdemos la atención y como si fuera poco ¡perdemos la creatividad! Está científicamente comprobado que la ansiedad disminuye gravemente la creatividad. Queremos tener ideas novedosas para mejorar en el trabajo, para hacer sustentable un proyecto, para escribir un libro, pero estamos cada dos minutos revisando el celular por si alguna novedad se le saltó a la alerta de mensajes.

Además queremos, ansiamos, perseguimos anhelantes la aceptación y la opinión de los otros con respecto a nuestra vida. Si opinan bien son genios. Si opinan mal nos tienen envidia. Luchamos descarnadamente por ser lindos y atractivos, en pos del culto masivo a la imagen, el mismo que nos lleva a tener como meta constante ser un célebre personaje que marca tendencia. Como si la vida no fuera más que una revista de moda.

23 febrero 2014


Fernando Fraga- pintor uruguayo
¿Dónde te pillo, amigo improbable?

Mi historia se ha puesto compleja y no estás para ayudarme a desenmarañar las tramas subterráneas que tanto alardean en mi cabeza. Pero no te puedo buscar, porque si Dios me dio algo en abundancia eso es pavura. 

Sé que no aparecerás como por arte de la generación espontánea y no sé si tenga la valentía de buscarte, pero hay un holograma tuyo  insistente a mí alrededor que me hace recordarte, pensarte, ansiar con todas mis entrañas tan sólo volver a mirarte a los ojos. 

En montones de nostalgias desprenden de mis lápices frases impensadas, cargadas de imaginación  y sagacidad, las que me llenan de orgullo, pero que necesito que las sepas y que me entregues tu versión.  Hasta ese momento las tendré escondidas en mi bitácora, esperando ansiosas ser develadas por tu enorme curiosidad.

Me parece que nunca había pasado tanto el tiempo entre nosotros y siempre me cuestiono el hecho de si tú me pensarás, tal como te pienso yo. La soberbia siempre me da contundentes razones de que debes estar en otras sintonías, perdido de amor, borracho de emociones, que ya no soy menester en tu camino, como quizá antes sí lo fui, pero dejamos pasar el tiempo y el tiempo causa estragos.

Te extraño, amigo. 
Sé que en otras estaciones te di señales inequívocas para que te fugaras de mi camino. Hoy no sé si fue lo que realmente pretendía.

Las horas están pasando y cada segundo nos distancia aún más. ¿Será que así era como el destino pretendía finalizar nuestra amistad?  ¿Será posible que Dios esté urdiendo un plan maestro para un inevitable reencuentro?  O ¿será que nuestros jardines definitivamente se bifurcaron?



14 enero 2014

Isla Negra.-

Dicen que viajando se fortalece el corazón…(Sólo se trata de vivir- Litto Nebbia)

Por dos décadas quise que llegara este momento. Hasta que por fin llegó. No sé si fue que yo lo evité y no hice mucho por arribar a aquel lugar real-maravilloso, pero el destino (apresurado, paulatino y tardío a veces) quiso que este 2014 partiera con el corazón rebosado de contradictorias emociones.
Conocí la casa-museo de Pablo Neruda en Isla Negra y la experiencia me queda grande. Lo que sentí es casi inenarrable, desde que pisé la entrada y leí una inscripción tallada a mano en una viga: Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría, mientras simultáneamente el audioguía nos relataba una reflexión del propio Neruda:

"En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir.

Son mis propios juguetes. Los he juntado a través de toda mi vida con el científico propósito de entretenerme solo.

El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió, para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
He edificado mi casa también como un juguete y juego en ella de la mañana a la noche. "



Prohibido tomar fotografías en el interior. Imagínense la labor tremenda de relatar lo que sentí con las maravillas que tenía en frente sin poder mostrar su magnificencia. Nadie me obliga, lo sé, pero estoy ahogada en un mar de sentimientos, porque en esa casa deambulaba el espíritu de Neruda, se percibía hasta al respirar.


Un refugio construido a pulso, como una poesía enigmática y envolvente. Donde nada está dispuesto al azar y todo cuenta una milagrosa y cautivante historia. Caminar entre sus colecciones es estar en un sueño ambivalente, donde no sabemos si reír o llorar, si escapar o dejarnos hechizar por las supersticiones de Neruda. Fui valiente y me dejé hechizar mientras subía a su dormitorio, lugar en el que consumó incontables amores que bien merecidos se los tenía porque la arquitectura y ambientación no escatima en ingenio y romanticismo. Era tan fatal entre las mujeres, que cuenta la leyenda, que en una ocasión la sobrina de Matilde Urrutia fue a hospedar a su casa en Isla Negra. No pasó mucho tiempo en que Neruda la hiciera suya estando en la casa también Matilde. Quizás en una forma constante de disculparse, la casa cuenta con innumerables homenajes a su “Chascona”, como le decía a Matilde, la amante eterna del Capitán, quien yace junto a él frente al mar que atestiguó tanto amor y pasión.


“Tú y yo caminando por bosques y arenales, por lagos perdidos, por cenicientas latitudes, recogimos fragmentos de palo puro, de maderos sometidos al vaivén del agua y la intemperie. De tales suavizadísimos vestigios construí con hacha, cuchillo, cortaplumas, estas madererías de amor y edifiqué pequeñas casas de catorce tablas para que en ellas vivan tus ojos que adoro y canto. Así establecidas mis razones de amor te entrego esta centuria: sonetos de madera que sólo se levantaron porque tú les diste la vida.”

Lo que se vive en aquel lugar es algo definitivamente inefable, sin descripciones lógicas ni frases que le hagan pleno juicio. Es una experiencia que se debe vivir para después tratar torpemente de contarles a los demás lo indescriptible de lo vivido. Una gran paradoja.

01 enero 2014

Nuevo año, nuevos aires.-

El año nuevo comenzó. Con todas sus historias y anécdotas inciertas, a la espera ansiosa de ser develadas. 

Mi 2013 tuvo tantos microcuentos que podrían conformar un pequeño libro. Me pasaron cosas en todos los ámbitos; salud, trabajo, estudios, amistad, familia, amor y no todas fueron buenas, ciertamente, pero sobreviví y aquí estoy, casi concluyendo el primer día de este 2014, dudoso y titubeante que aún no se afirma bien para empezar a andar.

Cuántas tramas más se tejerán?, cuántos dramas más se desarrollarán?, cuántas personas nuevas conoceremos? Cuántos interlocutores deseosos de escucharnos nos encontraremos por ahí?

Sea como sea, al menos tengo vida y un pequeño rinconcito para ahogar mis penas y contar mis alegrías.

FELIZ AÑO NUEVO!