Clemente interpreta a un secundario erudito en un rincón del patio del colegio, con el fin de advertir de reojo cada movimiento de la Negra. Su Negrita. La Negrita de su corazón.
La Negra, linda y fatal, camina ligero meneando sus caderas hacia el kiosko donde la fila de espinilludos adolescentes dispuestos a financiarla con la Tía Rosa es innumerable.
Gracias, Pedro. Muchas Gracias, Gómez. Muy lindo, Alvaro.
Clemente actúa que es feliz, que no muere de celos, mientras Su Negrita regala besos, saludos y sonrisas a todos, incluso a él, de vez en cuando y de cuando en vez.
5 comentarios:
Qué risa que me da. La tipica mina rica del coelgio de la qie toos andan detrás y uno reniega hasta que cae igual.Muy buenas las cosas que hay en este blog.
genialísmo saruuu
pobrecito él, y ella....mmmmmmmmmmm, y pensar q esa actitus de niños adolescentes de un colegio se ve hasta en la adultez, siempre se deja aflorar esos espinilludos viejotes....jijijij
saludos
linda!!!!
ánimo mi niña, nos vemos
fe de errata: actitud
fe de errata: actitud
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