30 marzo 2013

Giorgio Jackson.


Siempre niego que me gustas. Es que no tolero sentir atracción por algo que atrae a tantos. Es que también eres tan rubio y con esa tez medio rojiza. Además tan lais.

Pero muy a mis pesares me gustas, porque voy más allá. Voy a tu cabecita pensante, tus miles de neuronas haciendo millones de sinapsis por segundo, enarbolando ideas, analizando paradigmas. Voy a tus ideales. Voy a tu vocación de servicio, que siento tan honesta.

Durante mi internado odontológico, y mientras el movimiento estudiantil estaba en su punto más álgido, terminaba las urgencias y me iba a verte al pc, cuando marchabas bajo la lluvia con tu chaqueta verde. Yo les hablaba a todos de ti, incluso a un pololo de esa época. Después seguía las entrevistas de Glatz, que es más como el estilo mío, pero siempre me terminabas gustando tú.

Cada cierto tiempo  me pregunto cómo sería conversar todo un día contigo. Incluso podría ceder y hablar de fútbol.  Aunque podría ser que tartamudee y mi torpeza me supere. Siempre me ponen torpe los hombres que siento que dominan las situaciones. Sí, soy una desadaptada social, lo sé. También sé que jamás compartiremos un día juntos, pero lo imagino. Imagino ganando confianza  y que te hablo de música mientras te regalo un compilado de Kings Of Convenience. Que me llevas a conocer la sede de Revolución Democrática y me regalas un ejemplar de tu libro. Que me preguntas si tengo facebook y ante mi respuesta negativa me consideras una mujer muy interesante.

Siendo honesta, tengo un montón de debilidades. Soy media asmática. Nunca he sobresalido en deportes (una vez gané con un equipo trucho un campeonato de chueca). Soy bien pajarona, pero todo el mundo me dice que soy muy buena contando historias. Te podría contar un montón.

¿Qué me dices?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No deja de haber magia en este blog,es un agrado visitarlo.

Anónimo dijo...

eres un encanto sari silva!!!!
ese jackson no sabe las mil aventuras que se pierde.......