¿Somos realmente los protagonistas de nuestra propia
historia?
Suena bastante absurdo pensar lo contrario, aunque la realidad
es completamente otra.
En más de una ocasión nos comportamos como verdaderos
personajes secundarios. Exactamente igual a la aguda reflexión que hace Arthur
Abott (Eli Wallach) en la película “The Holiday”, cuando Iris (el personaje
interpretado por Kate Winslet) le cuenta la desastrosa vida amorosa que lleva siendo
el eterno pañuelo de consuelo de Jasper, el “héroe “que juega a dos bandos.
Claro, al ser la otr@, sin necesariamente concretar físicamente esta relación
paralela, se pasa de plano a ser el personaje secundario, ese que pocas veces
se roba la película, pero que hace que el libreto del protagonista burbujee
ingenio y ocurrencia.
Nos pasamos todos los rollos posibles. La compatibilidad manifiesta
nos confunde en altos niveles. El uno para el otro, pensamos, porque tendemos a
obviar el gran detalle, detalle que debería truncar nuestra imaginación y la
temática de los sueños que tenemos al dormir; que el otro no está disponible.
Y es muy cómodo actuar con ese guión, siendo el consuelo
eterno de esa persona que ya trazó su camino al lado de otr@, pero que de vez
en cuando nos necesita en su vida para conversar, para pedir nuestras opiniones
o nuestros puntos de vista. Y ahí estamos nosotros, con el mediocre guión de
personaje secundario, que involucra llenar el pequeño vacío que le queda al protagonista,
haciéndole su película lo más plena posible,
mientras a nosotros se nos estruja el corazón.
¿Qué diablos nos pasa? ¿Es que acaso no nos damos cuenta que
si el otr@ realmente quisiera estar con nosotros ya estaría con nosotros? Si no
ha hecho nada aún es porque su película ya ganó un Globo de Oro.
No le condimentemos la vida a otros. Démosle más trama a
nuestra propia trama, buscando sin desesperar el magistral libreto que nos hará obtener un Oscar al mejor guión, mejor actor y mejor actriz principal.
3 comentarios:
Me gustó mucho mucho esta entrada, y me duele un poquito lo identificá que llegué a sentirme.
Btw, acabo de enterarme que Eli Wallach era el viejito simpático de la película (yo lo relacionaba con El bueno, el malo y el feo no más jajaja)
Saludos Sari!
Leer esta entrada con la música de Tienes un E-Mail no contribuye en nada, dá más pena.
Sari: Muy buena entrada. Me sentí muy identificada y recordé mis tiempos de adolescente desenfrenada en que creía que todo giraba en torno a micuando en verdad todo giraba en torno a él (cualquiera que fuera la otra persona)
Poli: Te quiero.
Dani Silva (Amiga de Poly)
Qué cierto lo que dices, Sari. Hay veces que vivimos a la sombra de otros. Es verdad tb lo que dice el primer comentario porque yo tb me sentí identificado y pucha qué pena sentí. A veces tb he sido protagonista pero la actriz principal deja mucho que desear.
saludos.-
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