Whitney Houston: Crónicas de una muerte anunciada

Estoy acongojada.
Desde pequeña que admiraba a Whitney Houston. Para mí era lo máximo. La voz más espectacular que había escuchado en toda mi vida y la mujer más linda del mundo. Soñaba con ser algún día como ella. Cuando veía “El guardaespaldas”, me emocionaba entera y no paraba de hablar de ella, de lo hermosa que era y lo espectacular que cantaba…Crecí y empecé a escuchar rumores de su vinculación al mundo de las drogas y toda su supuesta decadencia, pero nunca le tomé el peso hasta ayer, cuando vi en las noticias el reportaje acerca de su actual condición de vida. Y créanme que quedé bloqueada. En el reportaje decían que estaba pasando por el peor momento de su vida, encerrada en una habitación de su mansión de Atlanta, sumergida en las drogas y en la miseria absoluta. Padece el “Síndrome de Diógenes”, en el que las personas que lo sufren acumulan montañas de desperdicios que encuentran en la calle y los guardan en su cuarto. Fuma “crack” sin parar, lo que la hacer ver, según ella, demonios que la persiguen. Su estado de paranoia es enorme, se muerde los brazos e hizo un agujero en la pared del baño, para vigilar “quién está en su casa”.Por otro lado ella está delgadísima, sucia, demacrada y casi demente. No habla con nadie, sólo con los marginales de los alrededores de su casa, a los que abastece de “crack”.El reportaje terminaba con la frase “triste momento para una mujer que lo ha tenido todo” y me sobrevino una pena absoluta. Para mi era todo una perfectamente estructurada película (es más no creo que se demoren mucho en hacer una película acerca de la triste vida de Whitney), llena de detalles que adornaban más espeluznantemente la historia. Su novio Bobby Brown que la llevó a éste submundo es el perfecto malvado de la trama, el deterioro extremo de sus hábitos, de su vida y de su mente el más interesante de los conflictos en desarrollo, y me pregunto: ¿será su muerte a causa de una sobredosis de “crack” el perfecto final?