
Para los fines de años se me vuelve quimérico alejar la nostalgia de mi alrededor. Creo que es difícil no analizar el año, haciendo intentos, a veces inútiles, de separar lo malo y lo bueno, rescatando esto último y sepultar la hecatombe inservible, el caos que ni de inspiración sirve.
Este año ha sido todo un tema para mí, pero el cielo no me dejó sola. Cada vez que lo necesité apareció por pura magia un ángel transformado en persona que me tendió una mano para salir de los embrollos en los que me vi envuelta constantemente.
De ángeles y milagros puedo dar fe, así que no hay forma de que un mal agradecimiento en mí tenga fundamentos, por lo que me declaro firmemente una agradecida….aunque hay un detalle…..un pequeño detalle que si se afina, uf!........el Todopoderoso sabe ( a ver qué pasa el 2010)
FELICES FIESTAS!